En Lazos Valencia tenemos muchas anécdotas relacionadas con el amor, pero hay algunas que nos emocionan el doble. Y es, cuando los/as hijos/as animan a sus propios padres o madres a acudir a nuestra agencia matrimonial. E, incluso, en algunas ocasiones, les acompañan para sentirse más arropados/as.
Y es que los jóvenes son más naturales, no piensan en “el qué dirán”, tienen un pensamiento más fresco y, además, tienen claro que no van a dejar a sus progenitores en manos de cualquiera. Se informan bien, contrastan datos, deciden y vienen.
Como profesionales de las relaciones humanas, esto nos parece un acto de amor maravilloso. Pero, además, nos parece un acto de empatía y generosidad muy encomiables.
En ocasiones no se sabe quién está más nervioso/a, si los/as hijos/as, o los padres o madres.
Es un chute de adrenalina ver como las personas de la misma familia se ilusiona a la vez. Toda la familia espera la llamada de la agencia para una cita, existe una complicidad en la familia que hace que se unan mucho más si cabe.
Son familias muy unidas que desean ver felices a los suyos, porque saben que lo merecen y quieren ver cómo el amor y la esperanza hacen que brillen los ojos de la persona a la que quieren, bien sea su padre o su madre.
Pero lo más maravilloso es cuando sus ascendientes encuentran el amor. No sólo es feliz la pareja, es feliz toda la familia.
En estos casos la gratitud se multiplica y es complicado explicar cómo nos sentimos.
Lo normal es ver a una pareja feliz, pero ver y sentir feliz a toda una familia, da sentido a todo el esfuerzo que realizamos para que todos y cada uno de nuestros/as clientes encuentren a su amor.
Y ESTO ES ALGO BELLÍSIMO…
