HISTORIA DE AMOR EN LUCENA DEL CID (CASTELLÓN)

By febrero 26, 2019 Ruta del amor

 

Lucena del Cid es un municipio situado en la Comarca del Alcalatén, en el interior de la provincia de Castellón.
Existe un espolón rocoso llamado Peña del amor. Sobre él se asienta la ermita de San Vicente, a la entrada del pueblo.

En nuestro afán de contar las historias o leyendas de amor que existen en la Comunidad Valenciana, por un lado, y nuestro empeño en dar a conocer localidades dignas de visitar en la misma, por otro, os contamos la leyenda que encierra la peña del amor, lugar que os animamos a visitar en nuestra “ruta del amor.”

Según la historia, en las primeras décadas del siglo XX, en algunas noches veraniegas de luna llena, un coro formado por veinte muchachas de lucena acudían a este lugar para entonar unos cánticos en recuerdo de una pareja de enamorados que desde allí se lanzó al vacío al verse frustrado su amor.

Carlos Sarthou Carreres que fue un juez e historiador español, pionero de la fotografía documental, se hizo eco de aquella tradición y publicó en el año 1919 un reportaje en la revista Blanco y Negro, (suplemento literario, en aquella época), del periódico ABC. Esta es la historia, tal como se la contó una de aquellas muchachas a Sartou Carreres:

“…No ría usted que no es cuento, desde esta peña se arrojaron dos enamorados en un momento de suprema desesperación.
La historia de Abelardo y Eloísa, de Romeo y Julieta, de Isabel y Diego, tuvo aquí un ejemplo vivo. Lucena no envidia a los amantes de  Teruel. La tradición guarda sus nombres  como ese río sus cuerpos virginales ( refiriéndose al río Lucena.)
Usted no sabe sin duda, lo que es un amor contrariado, cuya pena mata dos vidas.

Fue ella la Zagala más hermosa de nuestra villa. Y era él el más apuesto masovero ( labrador que, viviendo en masía ajena, cultiva las tierras anejas a cambio de una retribución o de una parte de los frutos. Otro significado de masovero en el diccionario es también hombre que vive en una masía.) del término.

Y las envidias y murmuraciones, por un lado, y la desmedida ambición de los padres, por otro, pusieron un muro infranqueable a dos almas enamoradas que se habían jurado amor eterno. Y fueron a unirse en otra vida más gloriosa, creada por y para el amor.”

 

 

RESPETO
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